Integración de la Tecnología en Ambientes de Aprendizaje

Blog dedicado al análisis y discusión de la innovación educativa

Introducción

Si me hubieran preguntado cuando salí de la carrera que actividad estaría desempeñando a los 15 años de egresado, jamás hubiera contestado lo que es mi realidad actual. Durante todos estos años he tenido que cambiar de profesión e incrementar mis habilidades.

En las lecturas encontré coincidencias con mi experiencia. No podemos esperar que en un entorno de reñida competencia nacional e internacional, las demandas de la sociedad y el entorno financiero permanezcan fijas. Su evolución es un síntoma innegable de su deseo de mejorar. Sin embargo, el cambio nos asusta. Como individuos buscamos seguridad en lo que no cambia, deseamos permanecer “siempre jóvenes”, nos resistimos a aprender cosas nuevas y conforme nos hacemos más viejos ese sentimiento se vuelve más fuerte.

El alumno y la sociedad del conocimiento

En la evolución de las sociedades hasta la conformación de las sociedades del conocimiento hemos visto un cambio en la percepción de lo que es valioso para las mismas. Actualmente el uso de ideas y de tecnologías toma relevancia (Buendía Espinosa y Martínez Sánchez, 2007, p. 81), convirtiéndose en pieza clave para su desarrollo. Así es como las universidades, sensibles con el entorno en el que se desenvuelven, son consientes de que el modelo educativo centrado en el estudiante es el adecuado para satisfacer las demandas de un mundo cambiante (Heredía Escorza y Romero Murgía, 2007) y que el uso de las TICs se vuelve necesario, ya que torna la experiencia más flexible y perdurable (Heredía Escorza y Romero Murgía, 2007, p.60).

Un entorno como el descrito, obliga a la innovación educativa, pero este proceso se vuelve complejo al ver que cada sector de la sociedad vive una realidad económica distinta. Realidad que impide el avance homogéneo. Incluso, si lo anterior no existiera, todavía tendríamos que sumar las complicaciones inherentes a los tiempos de adopción de las innovaciones (Alanís, 2010)

¿Debemos esperar a que mejore la economía o que la tecnología sea más accesible?, claro que no. El primer paso es que reconozcamos esta realidad, entendiendo que el motor y objetivo de cualquier estrategia educativa es el alumno, y de la mano con esa idea nos demos cuenta de que al referirnos a él nos estamos refiriendo a nosotros mismos.

El aprendizaje como necesidad esencial

Es mi percepción que ser aprendiz involucra un proceso de innovación personal. Adaptando un poco el proceso mostrado por Alanís (2010) referente a la adopción de una innovación, es claro ver que el aprender involucra la adopción de conocimiento nuevo y su implementación. La experiencia, mi entorno y el intercambio de información me generaran nuevas interrogantes, lo que de nueva cuenta arrancará el proceso. Es un ciclo que nunca termina.

Es momento de que veamos una realidad innegable, no podemos darnos el lujo de dejar de aprender. No solo es una demanda de la sociedad sino que es una actitud que va en contra de lo más elemental que existe en la naturaleza: el cambio constante.

Creo que la base de la llamada sociedad del conocimiento es darnos cuenta de que el aprendizaje es tan esencial como respirar. El conocimiento cambia y evoluciona contigo. No lo puedes contener o delimitar con un solo punto de vista. Es una obligación el confrontarlo constantemente para que se mantenga dinámico, vibrante y útil. Para esto la única manera que tenemos de hacerlo es enseñando o aprendiendo. Podemos buscar justificantes filosóficas o sociales pero solo tenemos que reflexionar un poco para ver que en el momento en que perdemos el sentido de asombro relacionado con el descubrimiento, perdemos poco a poco la alegría por vivir.

Aprendo porque a través del conocimiento contribuyo con el desarrollo de todos lo que me rodean. Enseño porque soy responsable de ese conocimiento y sé que su utilidad radica en la aplicación y transformación que surge al ser visto con otros puntos de vista. El intercambio de opiniones lo mantiene en movimiento y con ello reconozco en mí el cambio constante que también sucede en mi núcleo social, mi país y el mundo. Eso en sí justifica la búsqueda, la innovación, la contribución decidida y en mi muy particular opinión, la vida.

Referencias

Alanís González, M. (2010). Gestión de la introducción de la innovación tecnológica en educación. En Burgos Aguilar, V. y A. Lozano Rodríguez (Eds.). Tecnología educativa y redes de aprendizaje de colaboración. Distrito Federal, México: Trillas.

Buendía Espinosa A., y Martínez Sánchez, A. (2007). Hacia una nueva sociedad del conocimiento: retos y desafíos para la educación virtual. En Lozano Rodríguez, A. y Burgos Aguilar, V. (Eds.), Tecnología educativa en un modelos de educación a distancia centrado en la persona (pp. 77-106). Distrito Federal, México: LIMUSA.

Heredia Escorza, Y., y Romero Murgía, M. E. (2007). Un nuevo modelo educativo centrado en la persona: compromisos y realidades. En Lozano Rodríguez, A. y  Burgos Aguilar, V. (Eds.), Tecnología educativa en un modelos de educación a distancia centrado en la persona (pp. 53-75). Distrito Federal, México: LIMUSA.

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